¿Sabemos que es lo importante?

Comenzamos con una pregunta que probablemente, en los tiempos en los que vivimos, haya un sentir común acerca de lo importante… la salud.

Parece que somos conscientes de lo que necesitamos cuando nos falta. Conectamos con el vacío de la necesidad. Pulsión que nos empuja en la búsqueda de su llenado, de completarnos. De sentir que todo está en su lugar.

¿Que me falta armonía? Busco paz. ¿Que me falta afecto? Busco cariño. ¿Que me falta salud? Busco tratar la enfermedad. ¿Que me falta tranquilidad económica? Busco cómo conseguir dinero…

Pero ¿qué ocurre cuando nuestras necesidades no están tan claras y sólo conectamos con el disconfort de las mismas? O bien cuando creemos que el modo de completar ese malestar es incorrecto o bien que no poseemos los recursos para hacerlo…

No voy a negar que la vida es compleja. Lo vivo y escucho a diario en mis pacientes. Pero también sé que nuestras respuestas ante dichas situaciones nos coloca muchas veces en una situación de desventaja que nos suma complicaciones.

Por ello es muy importante analizar, sin enredarnos demasiado en esta acción de forma que no nos bloquee en el mundo de las infinitas variables posibles, y enfocarnos a las distintas acciones que nos acerquen a nuestro objetivo. Sin olvidar que, si necesitamos armonía, nuestros pasos no se encaminen a una guerra encarnizada. Si necesitamos salud, nuestras acciones no se encaminen a la autodestrucción física. Si me falta cariño, que mi acción no se dirija a odiar y reprochar a quien generó la ausencia del mismo. Si deseamos estabilidad económica, que mis pasos no se dirijan a la lamentación de no tener recursos suficientes para satisfacer mi necesidad y encaminarme hacia la acción.

Entonces, ¿qué hago para paliar mi necesidad?

Conectar con ella, detectar qué me está pidiendo y buscarlo a través de mis acciones con la pregunta constante de: lo que estoy haciendo, ¿me acerca o aleja de mi propósito?

Y volviendo a la pregunta inicial, ¿sabemos qué es lo importante? Probablemente para ti no sea lo importante lo mismo que para otros… y eso está bien. Significa que conectas con tus valores, con tu propósito, con aquello que para ti da sentido a tu vida, o al menos, a tu momento vital. Ahora solo queda ser coherente con ello.

Margarita Villanueva