Carta de amor y bienvenida
Una separación puede ser una de las experiencias más traumáticas vividas. Todos los proyectos quedan de lado para reconstruir una vida de la que ni siquiera se sabe cómo empezar… muchas veces da igual quien tome la decisión para sentirse tan perdido, tan poco válido o culpable por las consecuencias, que el dolor, el miedo o la tristeza se convierten en compañeros de viaje. A partir de ahí comienza un período de reconstrucción personal en el que “el otro” comienza a convertirse en “uno mismo”.
¿Por qué no? Porque perder un amor puede ser el comienzo de amarte, curarte, mimarte, respetarte, un proceso reflexivo para encontrarte… y para llegar a ello a veces hace falta romperse para volver a recomponerse desde el amor propio.
A continuación presento la carta de una gran mujer. Una carta en la que se representa ese proceso de reconstrucción, de mimarse, cuidarse, quererse… amarse. Gracias Bella por permitirme compartirla para quien se pueda o se quiera identificar. Y sobre todo, para generar esperanzas a quien, desde su propia situación, no ve más allá del momento de vacío en el que se encuentra tras su ruptura amorosa. Porque sabemos que no fue fácil tu decisión, ni fácil tu camino para llegar a este punto. Porque sabemos que te sentiste fracasada, culpable y artífice del dolor que se gestaba a tu alrededor. Pero sabemos también que eso ha quedado atrás, tomado tu parte de responsabilidad y dejado el resto.
“Ay Dios, ay… Sólo me sale de mi cuerpo ay… de mi alma Gracias, mil gracias Universo. Mil gracias por permitirme esta oportunidad, mi oportunidad.
Necesito decirlo en voz alta al mundo. Gracias por todo este año, por todo lo que está llegando a mis manos, a mi casa, a mi puerta, a mi vida, a mí. Me he reencontrado con personas y con nuevas situaciones y vivencias que ni soñaba ni creía posible… simplemente había olvidado y alejado tanto de mí, de mi vida, de mi sentir; y otras que con mis hijos he vuelto a revivir, a agrupar días y días, horas y meses.
Qué fácil es poder llegar a sentirse feliz con algo tan fácil y tan cercano, sin lujos, sin sobrecostes. Y me he re-enamorado de nuevo de alguien. De esa persona que estaba ahí y se sentía tan apagada… tan abandonada… me he redescubierto a MÍ misma.
Qué alegría inmensa, qué placer, qué luz empieza a brillar en mí, en mi vida. Es verdad, que esa mujer de hoy es madura de edad, tiene flaccidez, cicatrices, canas en el pelo, mechas, tiene 56 espléndidos años, y de nuevo me vuelve a enamorar. ¡Eso es! Enamorada de mi luz, de mi energía y vitalidad, de mi entusiasmo y desparpajo, de mi espíritu crítico, de mi niña juguetona, de mi pepito grillo más maduro y sabio, de mi sonrisa nueva, hasta con nueva silueta Fitness y con nuevo modelo y talla de sujetador. Y abriendo puertas, ventanas… y hasta senderos nuevos.
Pues, aquí estoy, volviendo a ocuparme de mí. Para cuidarme, para sanarme, para disfrutar, para amar, para compartir, para vivir con los brazos abiertos.
Amo la vida, amo la buena gente, amo la generosidad, amo el trabajo bien hecho y responsable, amo a mis hijos, y elijo compartirla y vivirla en compañía. Con los que sí me eligen libre y saludablemente.
¡Adelante! Este sí es el camino que te hace sentirte plena y satisfactoriamente viva.
Así que, en esta nueva etapa de mi vida, si es posible amar, sentirme amada y mantenerme sana junto a personas y con experiencias saludables. Y hasta volver a sentirme deseada sanamente. Y también sé que en éste camino estarán en algunos momentos y lugares la tristeza, el dolor y el miedo. Y que puedo sentirlos y vivirlos aceptándolos y acompañada, sanamente acompañada. Y el resto fluirá, vendrá, me llegará y lo tomaré.
Mil gracias vida, mil gracias universo, mil gracias hijos, mil gracias por reencontrarme, mil gracias.
¡Vive! Así que, bienvenida tristeza, hola, buenos días, hola aquí estoy al miedo y al dolor. Estoy viva y formáis parte de mi vida y de la vida y sigo adelante y elijo vivir.
Gracias por seguir conmigo y permitirme el valor, la fortaleza y la sabiduría para cambiar mi vida y elegirme a MÍ. Adiós a ti, adiós a la amargura, adiós al desamor, adiós a la vida tóxica junto al otro desarraigado de mí, desocupado de mí.
Enhorabuena, ahora sí, ahora lo sé, soy una valiente, madre, mujer, profesional, Fitness y con alas para volar. Bienvenida y sólo sé seguir, te quiero. Te quiero.”